Independientemente de vuestras creencias, os invito a que leáis la Biblia. ¿Y por qué? Os doy dos motivos:
- Primero, y como dijo un profesor en clase hace dos años, porque desde el punto de vista literario es una obra extraordinaria y compleja que debe leerse, con el plus de que hay influenciado fuertemente toda nuestra historia.
- Segundo, a opinión personal y presupongo que de otros también, porque la Biblia es el origen de una cantidad de expresiones lingüísticas apabullante.
Bien, antes de escribir unas pocas líneas más sobre el segundo motivo, os digo que hace unas semanas empecé a leerla, precisamente por ese segundo motivo. El origen de empezar a leerla (desde el antiguo testamento, es decir, de cabo a rabo) fue una noche, a altas horas, donde me dije voy a leerla, estoy cansado de leer continuamente referencias a la biblia, citas, comentarios, etc. en muchos libros y películas y no conocer el texto original. Amén. Empecé a leerla.
Eso sí, no con el objetivo de leerla del tirón, sino pausadamente, un poquito cada día o de vez en cuando (ya he leído el Génesis y voy por la mitad del Éxodo).
Tranquilos, que vuelvo atrás a escribir esas líneas que pospuse :P He aquí un gran aliciente para los traductores y para lo curiosos, la expresiones de las que hablo. Si te paras a reflexionar sobre las expresiones de nuestro idioma, muchas, muchísimas, proceden de la biblia o tienen su origen en ella (más bien esto segundo), pero no sólo eso, otras tantas normalmente desconocemos que tienen su origen en la Biblia. Con gusto citaría alguna, pero uno de mis defectos es no recordar estas cosas o en el momento en que lo leo, no apuntarlo T_T
Esta intención no hace sino reafirmarse cuando asisto a clase de Fraseología de la Traducción, una de las asignaturas más divertidas, interesantes y visuales junto a Traducción Audiovisual a las que he asistido/asisto. Por cierto, si eres estudiante y aún no la has dado, que no te asuste el nombre, es genial ^.^
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